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La última tendencia en Inyecciones de colágeno

El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo, aporta resistencia y flexibilidad a los tejidos, es particularmente importante en la protección de músculos y órganos vitales del organismo, está frecuentemente asociado al envejecimiento de dichos órganos al disminuir  su producción con el paso de los años. 
Existen diferentes alternativas para maximizar la absorción de colágeno, bien sea a través de la alimentación, suplementos y las famosas inyecciones. En la medida que vamos avanzando y vemos que el paso del tiempo es implacable, nos sentimos tentados a leer y aplicar todo lo que nos encontramos en las redes, para detener ese temido envejecimiento,  tanto en la estética como en la salud de nuestro cuerpo.
Aun cuando todas estas herramientas son válidas y maravillosas, hoy quiero compartir con ustedes una experiencia de vida, ocurrida hace un año y gracias a esas tertulias mágicas con amigos, te das cuenta que hay cosas en ti que pueden cambiar o transformarse, que quizás tú no notes pero los demás si y te dan la clave para seguir aplicándolas a consciencia.

 Mi viaje a Inglaterra: una inyección de colágeno
Hace un año emprendí la aventura de irme dos meses a Inglaterra con la excusa de estudiar inglés, hecho bastante normal para adolescentes y jóvenes que culminan secundaria y universidad, pero muy diferente o quizás más inusual para mis congéneres (aclaro, tenía 41 años). 
Hay momentos en que tomar decisiones no se hace fácil, sabemos que es lo correcto, decidimos, pero no ejecutamos. En liderazgo,  en charlas de actitud y motivación, lo llamamos "salir de nuestra zona de confort". Vencer los miedos asociados a la edad, dinero, distancia, soledad, me hacía cuesta arriba embarcarme en ese tren, pero gracias a esos ángeles que la vida nos cruza día a día (el mío en ese momento se llamó Mario), recibí el empujón que necesitaba y partí a una pequeña ciudad llamada Bournemouth.
Encontrarse fuera de la pecera hace ver y entender que el mundo es un océano, con todo lo que eso implica, lo bueno, lo malo y sobre todo lo inmenso. Ver la línea del horizonte en un mar que no es el Caribe, pero el sentir unido a esos seres que providencialmente te acompañan, lo hacen igual de cálido. Disfrutar de nuevas amistades tan variopintas como se puedan imaginar, desde los 18 hasta los 32 años y mucho más allá, de América, Europa, Asia. Musulmanes, católicos o no creyentes; comidas completamente diferentes a lo que mi paladar estaba acostumbrado; pero en cada momento viví algo más. 
La oportunidad de disfrutar, "encajar" en una segunda juventud, de unos nuevos veinte; de compartir experiencia, de aconsejar, romper paradigmas y falsas creencias, dejar el miedo y el ego en la maleta y respirar libertad. Libertad de aprender de los más jóvenes, revivir la irreverencia de la juventud y libertad de enseñar, si así se le puede llamar. 
Ha transcurrido  un año de esa experiencia y reitero, de esas tertulias mágicas con un gran amigo surgió la frase ¡Definitivamente esa fue tú inyección de colágeno!, no hay dudas, esa es su mejor definición, algo en mí se había transformado, mis ojos brillaban aún más.
Gracias a esta frase viene este post, el colágeno más allá del que ingerimos en forma de alimento, suplementos dietéticos e inyección, para lograr el efecto deseado debemos equilibrarlo con esas píldoras para el alma que complementan y facilitan su absorción. Los valores, la alegría, la amistad, el amor, forman parte de esa inyección que deberíamos dosificar en nuestra vida.
Comparto con ustedes estas “píldoras” que aprendí y marcaron la diferencia:
  1. Sonríe: José Luis Cortés  expresa que  “el sonreír, es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo”. No se trata de ser el payaso del grupo, pero esto resulta "clave" para relacionarnos y romper barreras.
Reírnos de nosotros mismos, que no te importe el qué dirán. Hay momentos en los cuales esbozar una sonrisa cuesta, las distintas situaciones vividas pintan oscuro el panorama, pero debemos recordar que día a día Dios nos regala un nuevo amanecer, tú decides de qué color pintarlo. Definitivamente al sonreír nos rejuvenecemos, o das la sensación de ser más joven.
  1.  Arriésgate: no dejes de hacer lo que te gusta, lo que te apasiona, por el qué dirán o por los miedos paralizantes. 
¡Se tú mismo!  Gran parte del tiempo se nos va en  mirar hacia los lados, escuchar opiniones, comentarios y, a veces, hasta caemos en el pensamiento crítico y cuestionante; pensar en lo correcto, lo incorrecto, “si esto está bien o no lo está”, entonces, muchas de las cosas que queremos realizar se escapan de nuestras manos, o simplemente se tornan inalcanzables por las barreras que interponemos; el temor al qué dirán, la incompetencia, dejadez y otros aspectos que desvirtúan nuestros propósitos.  
No quiero decir que el riesgo siempre dará resultados positivos, pero precisamente por eso se llama así; asumir hacer cosas nuevas, diferentes, desconocidas, despierta en todos ese temor, esos fantasmas, pero al llevarlos a cabo a pesar de, nos hace ser valientes y que bien le hace a nuestra autoestima, a nuestra valoración como personas, descubrir ese potencial oculto debajo de tantas "mantas oscuras", todo lo cual actuará como un conglomerado de antioxidantes para la salud integral de tu organismo. Si tienes claras tus razones, tienes suficiente información y deseas hacerlo, ¡decídete!
  1. Disfruta: ya asumiste el reto, ya tomaste la maletas, ya te embarcaste en ese barco...Disfrútalo. Deja de mirar hacia atrás, vive el día a día, todos son diferentes. Quizás no te des cuenta y pienses que tienes una rutina diaria, que tu vida no cambia, que todo está exactamente igual, pero cada día es completamente diferente, nada es igual que ayer.
Aprende a disfrutar lo nuevo, lo que te saca de tu zona de confort, regálale una sonrisa al mundo, te aseguro que se lo merece y te lo devolverá con creces. Salimos de casa y está lloviendo, pues aprovecha esa lluvia, báñate en ella, salta en los charcos como “Pepa pig”, ensúciate la ropa, no pasa nada; rompe las reglas, tus esquemas, nada pasará porque se te estropee el secado, date la oportunidad nuevamente de reírte de ti. Cuando finalice el día volverás a la píldora número 1, te aseguro que sonreirás.
  1. Vive y deja vivir: que no quieras hacer algo no es razón para que los que te acompañan no lo hagan; expresa lo que sientes, di lo que te gusta y lo que no, con amor, comparte, conversa, exprésate con los cinco sentidos, deja la pena (vergüenza) en casa, llora, sonríe, grita, guarda silencio, no supongas, no te tomes las cosas a título personal, no critiques y por último, pero no menos importante agradece. Todo esto forma parte de un Plan, para que puedas llevar una vida de calidad, de reconocernos al final del día y sentirnos agradecidos, en paz. 
No somos perfectos, nadie lo es, solo Dios. Hoy  me defino "perfectamente imperfecta", he cometido muchos errores que gracias a ellos  puedo reflexionar y transformarme y mejorar como ser humano, continúo con las puertas abiertas a todo lo que aun necesito aprender y aplicar.
No siempre he sido asertiva, no siempre he tomado los comentarios de otros de la mejor forma, ni los he emitido desde la base del amor; pero hoy me reconozco como una persona capaz de pedir perdón, de perdonar y seguir avanzando, de sonreír, disfrutar, arriesgarme y con ello vivir, inyectándome colágeno diariamente, tomando cápsulas antioxidantes que permiten que nuestra alma rejuvenezca y permanezca limpia.
Agradece a Dios por el Don de la vida.

¡Arriésgate, Sonríe sé Feliz… te lo mereces!
PD: dedicado a mi gran amigo José Maita

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