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¡Buen camino! Valores del camino de Santiago… La Solidaridad y Hermandad

El primer tramo que hicimos del camino fue quizás de práctica, porque solo fueron 6 km de Sarria a Barbadero. En este corto trayecto rememoramos las palabras del párroco el día anterior "El camino es una remembranza de la vida”. Nos encontramos a nuestro paso con tramos plácidos, llanos y muchos otros con escarpadas, pendientes, terrenos irregulares de piedra y tierra; se agradece caminar por la espesura de un bosque que hace el trayecto fresco, en un clima de montaña típico de esta región tan emblemática ¡Galicia!

La frase común y casi obligatoria a un peregrino (aunque luego la sientas necesaria)  es ¡Buen Camino! No hay lugar para distingo de color, razas, idiomas, complejos, egoísmos, no vas compitiendo con otro, no es la ropa que llevas puesta, a todos les deseas ¡Buen Camino!, esta frase encierra en si sola, la solidaridad, el respeto por el que hace el recorrido y el que no, el compañerismo, amabilidad del peregrino y el lugareño. Que bendición es decir y escuchar ¡Buen Camino!

Me llamó poderosamente la atención esta frase, el cariño con el que se dice y se agradece. No preguntas ¿hablas español? ¿Eres católico? ¿Eres europeo? Para desear que tu recorrido sea agradable, que encuentres lo que buscas; no es una frase que lanzas al viento, se dice con sentimiento.

Esos primeros recorridos y durante todo el trayecto observé que todos los peregrinos llevaban en si una carga de solidaridad formidable. Cuando te cruzas con alguien y entablas una conversación y en ella manifiestas que te da temor hacer recorridos a solas, por pensar y suponer que pudiese sucederte algo, la respuesta a este planteamiento es al unísono: «¡Un peregrino te ayuda!» Siempre hay peregrinos, siempre hay quien te ayude, quien te tienda una mano.

Solidaridad indica apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles, se refiere a lo que es bueno. Cuando la conservas y haces de ella un valor de tu vida, sientes que se transforma en hermandad. 
Fuente: www.caminodesantiago.customer.es
Encontramos en el camino pequeños sitios para sentarse a descansar y reposar por unos minutos y podías tomar algunas frutas dispuestas allí para los peregrinos, por personas que simplemente son solidarias anónimas. Otro lugar entre Porto Marín y Palas de Rei que nos llamó mucho la atención fue un "descansadero" donde podías servirte café o té y dejar una pequeña propina, contaba con baños impecables que incluían hasta duchas, un pedazo de paraíso en estos parajes para muchos peregrinos y lo mejor de este, la calidez de quienes lo atendían; con cada gesto, más pequeño o más grande, solo restaba agradecer y corroborar que estábamos rodeados de seres humanos de calidad. Lamentablemente perdimos las fotografías de estos sitios, pero para dar un ejemplo de esa solidaridad les comparto esta instantánea de otro peregrino, en la Cruz de Ferro del año 2014 (otra ruta distinta a la que hicimos nosotros), donde queda de manifiesto que este valor lo encontramos en cualquier lugar por donde hagamos el camino. 

No dejemos pasar la oportunidad que nos regala la vida para ser solidarios, no necesitamos  tener mucho para dar; la solidaridad está hasta en regalar una sonrisa, en prestar tu hombro para que el otro se apoye en ti y juntos hacer parte del camino, decir una palabra de aliento ¡Vamos que si puedes!, ¡falta poco!

No sabemos la situación de la otra persona, pero te aseguro que ese pequeño gesto en la mayoría de los casos se recibe como una brisa fresca y gotas de rocío que regalan muchos amaneceres y tú simplemente agradeces y bendices.

El camino, me indicaban unos peregrinos andaluces, es como la navidad, en esa época todo se resume a buenos deseos, ayudas, sonrisas, a pesar del dolor y cansancio y nos preguntamos por qué al salir o terminar el camino o culminar las fiestas decembrinas, nos olvidamos de ese estado de ánimo, ¿por qué dejamos en ese recorrido este valor que nos obsequia más de lo que  nosotros a otros?

Practiquemos la solidaridad y hermandad, porque ya está comprobado que esos sentimientos están en nuestro corazón, solo hay que avivarlos, hacerlos relucir, hagamos de ella un hábito, representémosla con la imagen que mejor nos parezca, procuremos sonreír más, criticar menos, desechar lo que nos quita la paz, rencores, rabias, odios, malos humores, envidias y llenemos esos espacios vacíos con estos valores que nos enaltecen y repito, nos dan más que  nosotros a otros. Rescatemos el mandamiento que nos dejó Jesús ¡Ama a tu prójimo como a ti mismo!

¿Entonces qué me dices te apuntas a practicar más la solidaridad y seguir puliendo como diamante ese ser humano de calidad que llevas dentro?

En el próximo post Los encuentros


María Carolina Rivas S.

¡Buen camino! Valores del camino de Santiago... El Entusiasmo

Como católica he tenido la fortuna de realizar las tres peregrinaciones más importantes para nuestra  religión, como lo son Tierra Santa (Israel), Roma y el Camino de Santiago de Compostela. Estas me han convertido en Romero (aquel peregrino que visita Roma), Palmero (el que visita Jerusalén) y peregrino, nombre que define en España, a aquel que se dirige a la Catedral de Santiago, a abrazar al apóstol y visitar su tumba. Cada una tuvo algo mágico y especial, se dieron bajo condiciones únicas, hasta fortuitas diría; agradezco a Dios la oportunidad de haberlas vivido.
De estas tres peregrinaciones, el Camino de Santiago ha dejado un sabor especial en mí, con las ansias de hacerlo nuevamente, quizás el hecho de caminar de ciudad a ciudad, reforzando así la definición de peregrino (que va a visitar un lugar sagrado, generalmente caminando, por motivos religiosos), el contacto con la naturaleza y con otros peregrinos, lo hacen, como citan muchas literaturas de esta peregrinación,  el ¡Camino de la Vida!
Los motivos para emprenderlo son muchos, desde la religiosa espiritual, un sueño, visita turística, una forma diferente de vacacionar y compartir con familiares y amigos, una penitencia, promesa, en fin, sea cual sea la razón por la cual hayas emprendido esta travesía, de seguro este te regala un valor añadido obsequiándote su esencia.


Al hacer esta peregrinación y dejar una constancia de ello como peregrino turístico o religioso, la iglesia entrega ”La Compostela”, es el certificado de haber recorrido un mínimo de 100 kilómetros a pie, también lo hacen en bicicletas y a caballo; en mi caso lo hicimos caminando (mi hermana, cuñado y yo) y la experiencia en este mi primer camino, es que al hacerlo de esta forma, lo sientes, lo vives, interactúas con el medio (naturaleza, peregrinos y lugareños)  haciéndose  parte de lo que queremos, lo que buscamos, es decir, el camino de la vida.
Leí muy poco o nada sobre el camino, salvo algunas personas que me indicaron que era muy ”duro”, que saldrían ampollas, mucho dolor en los pies por las largas caminatas, pero que era muy bello, en eso se resume lo que me comentaban sobre él. A diferencia de la mayoría de los peregrinos, no llevamos mochilas grandes porque contamos con el carro (coche) como apoyo (es una larga historia el porqué del coche), vaya desde acá mi admiración y respeto a todos esos peregrinos que llevan a sus espaldas mochilas de más de 10 kg, recorriendo distancias superiores a los 15 kilómetros diarios.
Iglesia Santiago de Triacastela
Llegó el gran día e iniciamos el viaje disfrutando y conociendo tantos hermosos paisajes de España. Empezamos a ver gran cantidad de peregrinos de diferentes regiones y lugares remotos y aquí podría incluirme puesto que vengo de Venezuela. Nuestro inicio sería desde Sarria, sin embargo hicimos una parada en un poblado cercano de esta forma asistir a misa, específicamente fuimos a la iglesia Santiago de Triacastela, por casualidad la misa estaba por iniciar y para mayor sorpresa, esta era en especial para dar la bienvenida a los peregrinos.

Así oficialmente con esas palabras dichas en la homilía, di por comenzado mi Camino de Santiago (sin iniciar el recorrido caminando), incrementando mi alegría y tratando de mantener presente cada palabra, sobre todo la que nos recomendaba el vivir el camino.

Han sido tantas las vivencias del camino a Santiago, que la manera más sencilla de compartirlas es a través del aprendizaje adquirido, es por ello que se las iré relatando por etapas, de esta forma los invito a vivir y aprender conmigo de esta maravillosa experiencia.
            

           El Entusiasmo

Este sentimiento y estado de ánimo te acompaña de principio a fin y como lección aprendida considero que así debemos ser cuando emprendemos cada una de nuestras actividades. La definición de entusiasmo nos indica que «es la exaltación del ánimo que se produce por algo que cautiva o es admirado» y, de esa sensación yo me pregunto: ¿Nos sentimos así constantemente?, ¿emprendemos cada una de nuestras actividades con ese sentimiento de exaltación? Quizás las respuestas a estas interrogantes sean ¡No, porque no todo es fácil!, ¡No, porque la vida no es color de rosas!, ¡Si, pero se me pasa rápido cuando caigo en la realidad!, ¡Si, pero luego me desmotivo!
Todas las respuestas son válidas, pero, para estar, hacer y ser lo que queremos ser, es importante que esta sensación, la pasión, no nos abandone, a pesar de… El camino de Santiago me regaló eso cada día, no solo a mí, fue la experiencia relatada y compartida con tantos peregrinos. Nadie nos dijo que el camino hacia la catedral sería fácil,  sencillo o de color de rosas; en el hubieron torceduras, ampollas, tendinitis, fatiga y aun así se continuaba.
Vi caminar a un peregrino con una bolsa de hielo en su pantorrilla porque tenía una tendinitis desde  días atrás y  su entusiasmo y ganas de alcanzar su objetivo no mermaban. Las historias de dolores en los pies y músculos eran muchas, pero las sonrisas eran mayores.  La ilusión, las alegrías, las ganas, eran la fuerza para hacer algo que queríamos hacer, nos ilusionaba y satisfacía. Así es la vida, llena de obstáculos, tropiezos, alegrías, sinsabores, pero te levantas, sacudes las rodillas y sigues avanzando.
Nuevamente le agradezco al camino, el haberlo vivido y experimentar el entusiasmo de principio a fin, porque al concluirlo es como el alpinista que alcanza una cumbre, al llegar, ya está planeando cuál será su próxima montaña. Así ya ansío hacer mi próxima peregrinación a Santiago de Compostela y el mensaje para ustedes, recuperen su entusiasmo por la vida, no dejen que nada ni nadie se los disminuya. No dejemos que la vida sea solo en blanco y negro, cuando nos sintamos en esos tonos recordemos la gama de tonos del arco iris y pintemos el mundo de colores, sabiendo que todo pasa y el sol sale cada día.
Seamos ejemplo de constancia y disciplina, valores que se hacen más fáciles de aplicar cuando el entusiasmo por lo que nos gusta y apasiona,  lo tenemos en cada poro del cuerpo.


En el próximo post, el aprendizaje Nº 2 La solidaridad

Sobresalir y ser Reconocidos... Se te hacen familiares?

En la lista de valores personales destacan una cantidad considerable y dentro de estos hoy planteo el Reconocimiento y Sobresalir, viendo este último como destacarse en "Ser el mejor". El fomento de los valores y la práctica de ellos de forma armoniosa, es lo que hace que estos den como resultado la transformación en seres humanos de calidad, pero cuando desvirtuamos su concepto o aplicación es allí donde empezamos a generar conflictos internos y externos y observamos que estos pasan a ser mal entendidos.
Hoy en día se puede destacar la "vanidad" como un permanente y referente en las relaciones interpersonales; la tecnología actual, redes sociales, televisión, estándares de belleza, entre otros, hacen que el sobresalir y ser reconocidos se convierta en necesidad y obsesión.
Recuerdo que en una actividad de formación de liderazgo y emprendimiento nos aconsejaron que para alcanzar nuestros objetivos debíamos procurar hacernos visibles, destacar, de esta forma lograríamos ser reconocidos y ciertamente es así, la actitud con la que nos desempeñemos y la humildad con la que afrontemos el "ser el mejor" en una situación particular o el reconocimiento que nos brinden marcará la diferencia en ser "bien' o "mal" visto estos valores.
El reconocimiento es definido por Mentalidad sin límites como "...el valor de ser justos con otros y con nosotros mismos para atribuirles los logros y fallas que se merece". Es importante para las relaciones humanas armoniosas el que sean reconocidas nuestras cualidades, obras, desempeño, no por alimentar el ego, sino como factor motivador y de superación. El reconocimiento no es solo de las cosas buenas, también permite destacar lo que no hemos hecho bien, de esta forma tomar acciones para corregir y mejorar. Para mi es tan o mas importante el reconocimiento que nosotros mismos nos hagamos, de forma honesta y objetiva.
Hoy quise escribir de este tema porque lamentablemente hemos desvirtuado estos valores, como lo dije al principio, las redes sociales, la tecnología, nos están volviendo aun más vanidosos, esnobistas, hedonistas y no porque estas sean perjudiciales, sino por el uso que hacemos de ellas y quizás muchos factores psicológicos que nos llevan a actuar de esa forma. 
En la actualidad se nos va la vida luchando por la necesidad de sobresalir y ser reconocidos. Sobresalir no importando si somos o no los mejores, sobresalir y ser reconocidos haciendo lo que no queremos hacer, tratando de complacer a otros, buscando destacar en "algo", queremos ser el mejor hijo, hermano, amigo, novio (a), esposa (o), trabajador, el más divertido, el mejor estudiante, la más bonita, la mejor vestida, la lista es interminable de todo aquello en lo que queremos destacar y ser reconocidos y cada vez esta carga se hace más pesada sobre nuestros hombros y al final nos pasa factura.
Es importante ponerle claridad, sinceridad y respondernos honestamente si queremos sobresalir y ser reconocidos por ego, por carencias afectivas o cuales son las razones de ello. Si la respuesta a estas preguntas  es que el reconocimiento lo vemos como una necesidad, algo allí no está funcionando bien.

Para mi que me he pasado la vida queriendo complacer y ser reconocida en ciertas "cualidades", porque consideraba que otras no las tenía o así lo veía yo, hoy considero que no tenemos necesidad de "sobresalir" ni de ser reconocidos por otros, ciertamente pensamos que esto puede aumentar nuestra autoestima, alegrar el corazón o eso creemos; estoy descubriendo que cuando tus pensamientos y acciones son libres, cuando no tienes necesidad de complacer a otros, cuando haces lo que te gusta, vives tus sueños, no piensas en el que dirán,  estás en paz con Dios, estás en paz interior, en ese momento dejas las expectativas de lado, te olvidas de esa necesidad de reconocimiento y te dedicas a Vivir, en ese instante serás el mejor, sobresaldrás, serás reconocido y no será eso lo más importante para ti, sino el como te sientas con lo que has hecho.
Cientos de "gurus" del secreto del éxito, de como ser feliz, solo nos dan una receta Sean ustedes mismos!, sigan su sueño con pasión y determinación, haciendo lo que les gusta! No hay secretos, ser nosotros y de allí vendrá todo lo demás. 
PD: Aprovecho el tema para reconocer a mi amigo Jorge Cazar que hace varios meses me sugirió escribir un post sobre la necesidad de ser reconocidos. Aquí te lo dejo y dedico Jorge E. 

María Carolina Rivas
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